El embarazo es una etapa muy importante, tanto en nuestras vidas como en la de nuestros bebés. La práctica de yoga nos ayuda a adaptarnos a los cambios del cuerpo durante estos meses, a prepararnos holísticamente para el momento del parto y para el postparto, reconectándonos con nuestra naturaleza y sabiduría interior.
Las clases de yoga prenatal ofrecen herramientas para que las mujeres conectemos con nuestro cuerpo y con nuestro bebé y nos permiten dedicar un tiempo a generar bienestar y harmonía para ambos. Son también un espacio donde compartir nuestras experiencias y dudas, donde sentirnos apoyadas y acogidas, lo que resultará de gran ayuda para vivir esta etapa tan especial de manera más plena, saludable y consciente.
- 1er trimestre: aceptación de los cambios, autocuidado y relax
Durante el primer trimestre, nos centramos en generar un espacio seguro donde las alumnas se sientan libres de expresar lo que sienten, inquietudes, dudas, molestias, etc. Desde el yoga, les transmitimos información sobre los cambios hormonales y físicos, sobre la importancia del autocuidado (alimentación correcta, descanso, movimiento) y nociones básicas de anatomía de la pelvis. Nos enfocamos en la corrección postural, tanto sentadas como de pie y en tomar conciencia de la respiración, del estado mental y del espacio del útero. Cultivamos la aceptación de la etapa que las alumnas están viviendo y la gratitud por la vida que llevan dentro. También potenciamos el empoderamiento a través de la capacidad que ellas mismas tienen para generar vida, de la grandeza del momento, de lo extraordinario que es su cuerpo. Otorgamos gran importancia a las emociones, para dejarlas fluir y aceptarlas, cultivando al mismo tiempo un estado de ecuanimidad. Fomentamos la ilusión y las ganas de vivir todo lo que está por llegar. Comenzamos a generar el vínculo con el bebé, desde el amor, conectando con el útero como un espacio harmonioso y sagrado.
- 2º trimestre: fortaleza y estabilidad física, mental, emocional
Trabajamos la fuerza y la estabilidad en la pelvis y en la columna y la estabilidad en las articulaciones. Construimos las bases para que el cuerpo moleste lo menos posible en el tercer trimestre. Realizamos trabajo dinámico, de fuerza y flexibilidad y añadimos trabajo restaurativo, incorporando la respiración y la conexión con el bebé. Mantenemos las asanas (posturas) durante 5 y 7 respiraciones e incorporamos lateralizaciones y elevación de brazos para expandir la caja torácica y aprovechar toda la capacidad respiratoria, además de extensiones suaves para descomprimir las vísceras. Nos aseguramos de que haya siempre suficiente espacio para el vientre y para que este pueda estar relajado. Para ello, incorporamos el uso de soportes (manta(s), cojín, bloque o zafu) bajo las nalgas para evitar comprimir el vientre y potenciar también la elongación de la columna. Reforzamos y profundizamos en el vínculo con el bebé.
- 3er trimestre: confianza, descanso y preparación al parto
A partir de la semana 32-34 de embarazo, los niveles de energía tienden a bajar y se necesita más descanso. Empezamos a trabajar la preparación al parto. Cultivamos la reserva energética, acumularla para que no se agote. En necesario incluir muchos descansos entre postura y postura. Nos centramos en escuchar el cuerpo y descansar siempre que se requiera. Suavizamos el trabajo, reducimos la práctica de asanas y ampliamos la relajación. Seguimos trabajando la corrección postural con la ayuda de mantas y soportes: es muy importante mantener la columna erguida para dar mayor espacio a los órganos internos y facilitar la respiración. Trabajamos la apertura de caderas y la movilidad pélvica de cara al parto e introducimos posturas restaurativas con soportes. Nos enfocamos en relajar al máximo la musculatura, los tejidos y órganos internos, pero también la respiración, la mente y las emociones con la intención de soltar cualquier tipo de tensión. La misma relajación de tejidos y de la respiración que se practica en clase de yoga puede y debe aplicarse para descansar entre contracción y contracción durante el parto, para evitar sobrecargar el cuerpo y recuperarse. Promovemos la eslasticidad y la movilidad, pero también la estabilidad pélvica. Transmitimos la importancia del movimiento durante el parto, para facilitarlo y nos enfocamos en los beneficios que la respiración consciente y pausada tiene a nivel mental y emocional.
Las clases de yoga prenatal ofrecen herramientas para que las mujeres conectemos con nuestro cuerpo y con nuestro bebé y nos permiten dedicar un tiempo a generar bienestar y harmonía para ambos. Son también un espacio donde compartir nuestras experiencias y dudas, donde sentirnos apoyadas y acogidas, lo que resultará de gran ayuda para vivir esta etapa tan especial de manera más plena, saludable y consciente.
“Dar a luz no es una tarea humana, dar a luz es una tarea completamente divina”
Yogi Bhajan (Siri Singh Sahib)